Un bombardeo de drones turcos al sur de Trípoli dejó cuatro muertos este domingo, según informó el corresponsal del portal saudí Al-Arabiya.
El sábado, la Fuerza Aérea de Libia lanzó una serie de nuevos ataques aéreos contra los objetivos de las milicias del Gobierno de Reconciliación en la ciudad de Gharyan, al suroeste de la capital, Trípoli.
Estos ataques se producen después de que una relativa calma prevaleciera en la ciudad durante los últimos dos días.
El centro de medios de comunicación de la Sala de Operaciones del Ejército del mariscal Khalifa Haftar declaró que los ataques aéreos llevados a cabo por la Fuerza Aérea este sábado bombardearon las posiciones de la milicia de la llamada "Fuerza de Protección de Gharyan", que es leal al gobierno de Fayez Al Serraj y mataron a dos hombres armados de este grupo, además de la destrucción de varios mecanismos.
Desde el comienzo de esta semana, la ciudad de Gharyan se ha convertido en un objetivo militar para las fuerzas del Ejército libio, como parte de un plan para volver a controlar la ciudad y liberarla del control de las milicias armadas y los grupos terroristas leales a las fuerzas del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) de Al Serraj.
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los diferentes grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.
Desde el fallido plan de paz de la ONU de 2015 tiene dos gobiernos, uno reconocido por la comunidad internacional e impuesto en Trípoli, y otro bajo tutela de Haftar, un ex miembro de la cúpula gadafista que en los años ochenta fue reclutado por la CIA y se convirtió en el principal opositor a Al Gadafi en el exilio.
El GNA cuenta, asimismo, con el apoyo de la ciudad-estado de Misrata, enemistada con Haftar y apoyada militarmente por Turquía e Italia.
De la situación actual se benefician decenas de señores de la guerra y milicias de tendencia islamista radical dedicados al contrabando de armas, personas y combustible, verdadero motor de una economía destruida.
