jueves. 25.04.2024

La primera vez que el arquitecto cordobés (España) Pedro García del Barrio pisó Bagdad, las calles estaban sembradas de muros de hormigón de seis metros de altura y puestos militares de control. Era el año 2010 y el país aún vivía en estado de 'shock' tras la invasión estadounidense, la devastación y el caos. Los atentados se sucedían a diario. Los helicópteros americanos sobrevolaban la ciudad. Nada más pisar el hotel Meliá, ubicado en la orilla oriental del Tigris, las autoridades le retiraron el pasaporte. Nadie podía salir a la calle sin protección.

Había sido invitado por el Gobierno iraquí para asistir y ser ponente del Congreso Internacional para la Rehabilitación de Irak, que reunió a decenas de expertos de todo el mundo. Todos los desplazamientos de los invitados extranjeros se producían en tanquetas militares, que conducían a 100 kilómetros por hora para evitar ataques imprevistos.

García del Barrio y un grupo de arquitectos españoles ganaron un concurso internacional para la rehabilitación integral de Adamiya, un popular barrio de mayoría sunní de 300.000 personas. La actuación estaba impregnada de un simbolismo particular. Frente a Adamiya, al otro lado del Tigris, se alzaba el barrio shií de Qadimiya, la otra rama del islam. El proyecto contemplaba la construcción de dos nuevos puentes, en un gesto emblemático de fraternidad, y la reutilización de los famosos muros de hormigón como paseos peatonales en el margen del río.

“Yo tenía en la cabeza la rehabilitación de la Ribera de Córdoba, donde habíamos impulsado la remodelación del espacio público y también de inmuebles, además de organizar escuelas taller”, recuerda Pedro García del Barrio, que fue responsable de la Gerencia de Urbanismo en la actuación municipal más importante del río Guadalquivir en décadas. El equipo español se impuso a otras propuestas alemanas, francesas y europeas. Y tenía un presupuesto de 1.500 millones de dólares. Pero la irrupción violenta del grupo terrorista ISIS dio al traste con el plan, que desde entonces vive congelado en algún cajón de Bagdad.

"El casco histórico está totalmente destruido. El ISIS se cargó todas las mezquitas shiíes, la tumba de Isaías y muchos monumentos. No ha quedado títere con cabeza"

Poco después, el grupo de arquitectos españoles optó a un nuevo concurso internacional de rehabilitación, esta vez en la ciudad de Mosul, a 400 kilómetros al norte de Bagdad. La propuesta volvió a ganar. Se trataba de un plan similar al de Adamiya, lindante con el río Tigris, pero esta vez sobre un centro histórico de gran envergadura y relevante valor patrimonial. Mosul es la tercera ciudad del país, con 2,2 millones de habitantes, y se trata de un enclave multicultural, integrado por musulmanes sunníes y shiíes, cristianos asirios, caldeos, ortodoxos o católicos. El proyecto preveía la rehabilitación integral del barrio antiguo y contaba con un presupuesto inicial de 500 millones de dólares. Pero nuevamente el ISIS dinamitó la iniciativa. En junio de 2014, el grupo yihadista conquistó Mosul y la erigió en la capital de su autoproclamado Estado Islámico. Los fundamentalistas pusieron en marcha una operación de persecución y ejecución de las minorías religiosas, y sometieron a la ciudad a un sistemático plan de demolición del patrimonio histórico, saqueo de las bibliotecas y destrucción de la universidad.

El Ejército iraquí recuperó Mosul en 2017. Pero a un precio dramático: todo el casco histórico, con sus mezquitas y sus iglesias, fue reducido a cenizas. “El barrio entero está en el suelo”, lamenta el arquitecto cordobés, que visitó la ciudad tras la expulsión del ISIS. “Los yihadistas se cargaron todas las mezquitas shiíes, la tumba del profeta Isaías y numerosos monumentos. Pero el Ejército iraquí, junto con los kurdos, se instalaron en la otra orilla y a base de cañonazos desalojaron al ISIS. No ha quedado títere con cabeza”.

Calle del casco histórico de Mosul totalmente destruida
Calle del casco histórico de Mosul totalmente destruida

Ahora Pedro García del Barrio y el equipo que lidera se proponen levantar nuevamente la ciudad antigua “respetando su memoria histórica”. El desafío es mayúsculo. Han pedido el plano del catastro previo a la destrucción del casco histórico y disponen de la memoria de cada edificio, cada patio y cada plazuela. “Había otras propuestas que querían hacer tabla rasa del lugar. Y a mí eso me parece una barbaridad”. El casco histórico de Mosul se asemejaba al de Córdoba en trama urbana y extensión. 

El plan de reconstrucción del barrio incluye la clasificación pormenorizada de las toneladas de escombros a que fue reducido en 2017. “Generaremos un parque donde llevaremos los materiales que vayamos sacando del magma de la destrucción”, explica. Y los clasificarán en cuatro tipos distintos. El material no reconocible se reciclará en hormigón. En otro grupo colocarán las piezas que sean identificables y tengan valor patrimonial, como un sillar o una columna. En el tercer apartado agruparán objetos de viviendas aprovechables: una reja, una puerta o una ventana. Y finalmente rescatarán los trozos significativos de monumentos históricos reseñables. “Con todo esto empezaremos la reconstrucción. Y sabemos que es una labor de chinos”.

La intervención afecta a un espacio de kilómetro y medio en el margen del Tigris. Exactamente la misma distancia que hay entre el Puente Romano de Córdoba y el Molino de Martos, donde hace dos décadas el Ayuntamiento andaluz ejecutó la gran remodelación urbana. “Aquí el fondo es un poco más ancho”, matiza García del Barrio. Pero, salvando las distancias, el objetivo también persigue rehabilitar el tejido urbano y social, totalmente fulminado en el caso de Mosul. El arquitecto calcula que en ocho años podría quedar culminada la operación.

"Vamos a levantar nuevamente la ciudad antigua respetando su memoria histórica. Sabemos que es una labor de chinos"

No es el único proyecto que trabaja en la reconstrucción de Mosul. La Unesco, la Unión Europea y numerosos países, entre ellos Emiratos Árabes Unidos, lideran planes de intervención para rescatar la ciudad iraquí de los escombros. Así lo explica a EL CORREO DEL GOLFO Zeyad Abdulmunem, director de Planificación de Mosul, que la pasada semana visitó Córdoba para examinar sobre el terreno el plan de regeneración de la Ribera del Guadalquivir y reunirse con las autoridades locales.

“Después de las operaciones contra el ISIS en 2017, la ciudad está volviendo a la normalidad”, asegura. El colapso afectó a todos los sectores públicos y residenciales de Mosul: puentes, carreteras, infraestructuras y edificios quedaron maltrechos como consecuencia de los combates. “Más de 10.000 viviendas están inutilizadas en la ciudad antigua. El 80% está destruido”, admite Abdulmunem. Más de 600.000 personas abandonaron Mosul y muchas de ellas ya han regresado a sus hogares.

La prioridad del Gobierno, explica el responsable municipal, fue restaurar los servicios públicos básicos. “Ahora todo el mundo tiene agua y electricidad”, indica. Las autoridades se han apoyado en préstamos y ayudas internacionales, además de los fondos estatales, para acometer una ingente labor de reconstrucción. El coste de la operación es incalculable, admite Abdulmunem.

Muchos países y organizaciones están colaborando activamente en la rehabilitación de Mosul. La Universidad de Pensilvania (EEUU), por ejemplo, trabaja en la recuperación de edificios históricos de gran valor patrimonial. Italia se concentra en las puertas históricas de la ciudad. Técnicos de la Unesco intervienen en la catedral y la gran mezquita, y Alemania opera sobre la zona del palacio real.

"Queremos que las empresas españolas compartan su conocimiento en la recuperación de nuestra ciudad”

Zayed Abdulmunem está satisfecho de la utilidad del viaje a la ciudad andaluza. “El de Córdoba es un modelo que puede servir para la reconstrucción de Mosul, especialmente de los márgenes del río. Queremos que las empresas españolas compartan su conocimiento en la recuperación de nuestra ciudad”, sostiene. La idea del arquitecto Pedro García del Barrio, que ha ejercido de anfitrión de la delegación iraquí, es que los ayuntamientos de Córdoba y Mosul firmen un convenio de colaboración para intercambiar experiencias. “Córdoba puede jugar esa labor de liderazgo para exportar su ‘know how’ como ciudad patrimonial”, argumenta.

Los países árabes también están participando en la reconstrucción de Mosul, especialmente Kuwait y Emiratos, que está actuando sobre la gran mezquita de la ciudad y ofrece ayuda financiera para la recuperación de hospitales y servicios públicos. Abdulmunem se declara optimista sobre el avance de los trabajos y el futuro de una urbe que ha sufrido una devastación sin precedentes en la historia contemporánea de la región.

Mosul intenta resurgir de las ruinas tras la pesadilla del ISIS
Comentarios