viernes. 26.04.2024

Sentarse apretado entre varios extraños a bordo de un avión puede parecer una posición arriesgada durante estos tiempos inciertos. Pero según algunos expertos que señalan los muy pocos casos documentados de transmisión en vuelo, las posibilidades de contagiarse de Covid-19 mientras se está a bordo de un vuelo son relativamente escasas..

En un caso, alrededor de 328 pasajeros y miembros de la tripulación fueron examinados para detectar el coronavirus después de que se supo que un vuelo, del 31 de marzo desde EEUU a Taiwán, llevaba 12 pasajeros que estaban sintomáticos en ese momento. Sin embargo, todos los demás pasajeros dieron negativo, al igual que los miembros de la tripulación. Y aunque ciertamente ha habido casos de pasajeros infectados que transmitieron el virus a la tripulación de un avión o compañeros de viaje en los últimos meses, las tasas de transmisión son bajas. 

Un estudio publicado recientemente en la revista médica JAMA Network Open encontró evidencia de la posible propagación del nuevo coronavirus durante un vuelo de cuatro horas desde Tel Aviv a Frankfurt, en marzo. Dos pasajeros desarrollaron infecciones después de volar con un grupo de turistas que habían entrado en contacto con un gerente de hotel infectado y también se contagiaron, según investigadores del Instituto de Virología Médica de la Universidad Goethe en Frankfur. Los dos que pudieron haber sido infectados estaban sentados en la parte trasera del avión, directamente al otro lado del pasillo de siete pasajeros que sin saberlo habían contraído el virus.

Hasta ahora, se cree que un vuelo anterior desde el Reino Unido a Vietnam, el 2 de marzo, en el que un pasajero aparentemente propagó el virus a otros 14 pasajeros, así como a un miembro de la tripulación, es la única transmisión a varias personas a bordo que se conoce.

Una explicación para el nivel de riesgo aparentemente bajo es que el aire en las cabinas de los aviones modernos se reemplaza con aire fresco cada dos o tres minutos, y la mayoría de los aviones están equipados con filtros de aire diseñados para atrapar el 99,99% de las partículas. Mientras tanto, se han implementado varios protocolos nuevos, como cubrirse la cara tanto para los pasajeros como para la tripulación, que es obligatorio en la mayoría de las aerolíneas, controles de temperatura, así como una limpieza de cabina más intensiva y movimiento limitado en la cabina durante el vuelo.

Arnold Barnett, profesor de Estadística en la Sloan School of Management del Instituto de Tecnología de Massachusetts, trató de cuantificar las probabilidades de infectarse con el virus mientras estaba a bordo de un vuelo corto en un estudio reciente que analizó los beneficios de la política del asiento intermedio vacío. Según sus hallazgos, basados ​​en vuelos de corta distancia en EEUU en aviones configurados con tres asientos a cada lado del pasillo, como el Airbus 320 y el Boeing 737, y suponiendo que todos usen una máscara, el riesgo de contagiarse del virus en un vuelo completo es solo 1 de cada 4.300. Esas probabilidades caen a 1 en 7.700 si el asiento del medio está vacío. "La mayoría de las cosas son más peligrosas ahora que antes del Covid, y la aviación no es una excepción", contó a la CNN Travel.

"Pero tres cosas tienen que salir mal para que te infectes (en un vuelo). Tiene que haber un paciente de Covid-19 a bordo y tiene que ser contagioso", manifestó. "También tienen que estar lo suficientemente cerca como para que exista el peligro de transmisión".

Barnett continuó afirmando que no hay mucha diferencia en términos de riesgo entre los pasajeros sentados en un asiento de pasillo en un vuelo completo y aquellos en el asiento de la ventana. Sin embargo, las posibilidades de infectarse son ligeramente más altas para quienes están en los asientos del pasillo, porque simplemente tienen más personas a su alrededor.

La investigación de Barnett se basa en la suposición de que los vuelos operan a pleno volumen, pero vale la pena señalar que muchos todavía funcionan a capacidad reducida. El profesor es un firme partidario de la política de asientos vacíos en el medio, que ha sido adoptada por empresas como Delta Air Lines, Southwest Airlines y JetBlue Airways. Sin embargo, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas e inglés) describe este enfoque como "económicamente inviable" para las aerolíneas.

Una prueba de detección de Covid-19 eficaz y pasaportes de inmunidad también podrían incluirse como medidas de bioseguridad temporales en los vuelos si estuvieran disponibles. Sin embargo, Barnett recomienda que los viajeros vayan un paso más allá y usen un protector facial. Este punto de vista está respaldado en cierto modo por un nuevo informe de investigación de la Universidad de Edimburgo y la Universidad Heriot-Watt del Reino Unido, que concluye que el uso de barreras de plástico llamadas protectores de asiento reducirá significativamente el riesgo de contaminación por Covid-19, siempre que se usen mascarillas.

En julio, Qatar Airways se convirtió en la primera aerolínea en hacer obligatorio que los pasajeros usen un protector facial además de una mascarilla o una cubierta facial. Los protectores faciales que son suministrados por la aerolínea, son obligatorios para los pasajeros de clase económica, a menos que estén comiendo o bebiendo, mientras que los que viajan en clase ejecutiva pueden usarlos "a su propia discreción, ya que disfrutan de más espacio y privacidad". Sin embargo, todos los pasajeros deben usarlos durante el embarque y desembarque. Philippine Airlines hizo lo mismo a principios de este mes, por lo que parece probable que otras aerolíneas opten por implementar esta regla en el futuro.

«Pero estas no son circunstancias normales».

Contagiarse de Covid en un avión es más difícil de lo que se piensa
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