26 de enero de 2025, 9:50
Una mujer alemana de 43 años ha sido condenada a seis meses de prisión y se le ha ordenado la deportación tras ser declarada culpable de agredir y abusar verbalmente de una agente de policía en Dubai. El incidente tuvo lugar el 15 de abril de 2024 en la sede de Investigaciones Criminales de la comisaría de Bur Dubai, donde la acusada había acudido para denunciar un robo.
Según informes del tribunal, la mujer comenzó a actuar de manera errática durante su interacción con una subteniente de policía, empleando un lenguaje inapropiado. Cuando la oficial le solicitó que se detuviera, la situación se tornó violenta, resultando en una agresión física hacia la agente, que sufrió lesiones visibles como consecuencia del ataque, confirmado por un informe médico.
Un compañero de la oficial presente en el momento del altercado testificó que el conflicto estalló cuando un hombre entró en la sala para consultar sobre un informe previo. "La acusada se molestó… y comenzó a lanzar insultos inapropiados, momento en el que mi colega le pidió que parara", declaró el testigo. Aseguró que la mujer no solo usó lenguaje ofensivo, sino que también la atacó sin provocación alguna.
En su defensa, la mujer negó las acusaciones, afirmando que actuó en respuesta a una bofetada supuestamente propinada por la oficial. Adicionalmente, presentó un informe médico sugiriendo problemas psicológicos. Sin embargo, el tribunal desestimó tales afirmaciones, concluyendo que no había evidencia que respaldara su reclamo de haber sido agredida ni indicios de incapacidad mental que la eximieran de responsabilidad.
El tribunal determinó que la conducta de la acusada violaba las leyes de Emiratos Árabes Unidos en relación al insulto y la agresión a un funcionario público en ejercicio de sus funciones. Aunque se reconoció su estado psicológico, se dictó que no cumplía con los criterios para una atenuación de la responsabilidad penal.
Según informes del tribunal, la mujer comenzó a actuar de manera errática durante su interacción con una subteniente de policía, empleando un lenguaje inapropiado. Cuando la oficial le solicitó que se detuviera, la situación se tornó violenta, resultando en una agresión física hacia la agente, que sufrió lesiones visibles como consecuencia del ataque, confirmado por un informe médico.
Un compañero de la oficial presente en el momento del altercado testificó que el conflicto estalló cuando un hombre entró en la sala para consultar sobre un informe previo. "La acusada se molestó… y comenzó a lanzar insultos inapropiados, momento en el que mi colega le pidió que parara", declaró el testigo. Aseguró que la mujer no solo usó lenguaje ofensivo, sino que también la atacó sin provocación alguna.
En su defensa, la mujer negó las acusaciones, afirmando que actuó en respuesta a una bofetada supuestamente propinada por la oficial. Adicionalmente, presentó un informe médico sugiriendo problemas psicológicos. Sin embargo, el tribunal desestimó tales afirmaciones, concluyendo que no había evidencia que respaldara su reclamo de haber sido agredida ni indicios de incapacidad mental que la eximieran de responsabilidad.
El tribunal determinó que la conducta de la acusada violaba las leyes de Emiratos Árabes Unidos en relación al insulto y la agresión a un funcionario público en ejercicio de sus funciones. Aunque se reconoció su estado psicológico, se dictó que no cumplía con los criterios para una atenuación de la responsabilidad penal.
