La familia de un hombre, presuntamente asesinado por dos de sus novias, se ha negado a perdonar a las acusadas, y ha pedido el Qisas, el derecho según la ley islámica de los parientes de la víctima a reclamar la ejecución del asesino.
El hermano de la víctima dijo que la familia no descansaría hasta que se cumpla la justicia y exigirá el máximo castigo a las mujeres acusadas, publicó este miércoles el Khaleej Times.
La muerte de su hermano ha afectado de manera trágica a los hijos, señaló.
En el Tribunal de Primera Instancia de Sharjah, dos maids fueron juzgadas por matar al conductor indio en la casa de su sponsor.
El abogado de la primera sospechosa pidió la absolución de su cliente, diciendo que no estaba involucrada en el crimen.
Asimismo, señaló a la corte que no estaba presente en la escena cuando el conductor fue asesinado y declaró que ni los informes de laboratorio forenses ni los testimonios de testigos demuestran que su cliente estuviera involucrada en el asesinato.
Además, apuntó que el Ministerio Público no presentó pruebas, sino que se guió por la confesión de la acusada quien, una semana después del asesinato, confesó el crimen debido a la presión de la policía durante el interrogatorio.
En el momento en el que el tribunal preguntó a las acusadas si querían negociar sobre el dinero de sangre, ambas insistieron en que eran inocentes.
LAS ACUSADAS QUERÍAN DESHACERSE DE LA VÍCTIMA QUE LAS CHANTAJEÓ Y AMENAZÓ
La indonesia de 32 años de edad y la filipina, de 35, han sido acusadas de adulterio y asesinato premeditado al conductor de 43 años.
Según los archivos de la corte, las acusadas dijeron que querían deshacerse de la víctima que las chantajeó y amenazó. Además, ambas llegaron a saber que el conductor estaba saliendo con las dos a la vez y se pusieron celosas.
La sala de operaciones de la Policía de Sharjah recibió información el pasado 14 de octubre de 2015 de que un indio fue encontrado muerto en su habitación ubicada en el área de Al Qarayin.
Dado que las investigaciones iniciales no mostraron que existiera ningún acto de violencia en el cuerpo, fue trasladado al hospital Al Qasimi en Sharjah.
Según los informes, el hombre simplemente dejó de respirar por alguna razón desconocida. El cuerpo entonces fue derivado al laboratorio de Sharjah donde se descubrió que podría tratarse de un asesinato. Unas marcas en el cuello de la víctima mostraban que había sido estrangulado con una bata o un trozo de tela.
La policía visitó el lugar donde se encontró el cuerpo y comenzó sus investigaciones que pronto llevaron a las maids. La mujer filipina supuestamente confesó que había ayudado a la indonesia a matar al conductor. Sin embargo, la última negó la acusación para, más tarde, confesar el crimen.
Las maids habían estado trabajando para la familia durante tres años y su habitación se encontraba al lado del de la víctima.
La mujer indonesia afirmó que había mantenido una relación con el chófer afgano durante dos años. Un día, la víctima la vio con el afgano y empezó a abusar de ella y amenazó con informar a su sponsor de la relación. Después, el indio trató de aprovecharse de ella y se sobrepasó tras ver películas porno en su habitación.
Las maids planearon asesinar al conductor. Decidieron que la indonesia tendría sexo con él y lo drogaría para poder llevar a cabo el asesinato más rápido. El día del crimen, aprovechando que la familia estaba fuera, la indonesia fue a la habitación del conductor, vio una película, tuvo relaciones sexuales con él y lo drogó.
La filipina se unió a ellos después de asegurarse que el hombre se había quedado dormido. Luego sacaron una cuerda que habían escondido debajo de su cama y lo estrangularon. Una vez que se aseguraron que estaba muerto, limpiaron la habitación y se fueron.
