26 de abril de 2025, 10:39
Un hombre de 38 años de edad, originario de Ghana, se encuentra actualmente en el tribunal por el presunto asesinato de su amante nigeriana de 32 años. El trágico suceso tuvo lugar en julio de 2024, después de una noche marcada por el consumo de alcohol y eventos íntimos entre la pareja.
Según los registros de la Policía de Dubai, la alerta sobre el incidente se produjo cuando inspectores de seguridad contra incendios, realizando revisiones rutinarias de extintores en un edificio residencial, detectaron un olor desagradable proveniente de uno de los apartamentos. Inicialmente, se pensó que el olor podría estar vinculado a alimentos en mal estado. Sin embargo, al acceder al inmueble, encontraron el cuerpo descompuesto de una mujer, cubierto con una tela negra, lo que llevó a la inmediata notificación a la sala de operaciones policiales.
Un equipo de la Unidad de Investigación de la Escena del Crimen, junto a agentes de patrulla y detectives del Departamento General de Investigación Criminal (CID), fue desplegado en el lugar. En solo 24 horas, los investigadores lograron identificar al sospechoso, quien residía en un piso compartido con su esposa y otros inquilinos, principalmente de países africanos.
Días antes del crimen, el acusado había informado a los inquilinos que deberían desalojar la propiedad debido a la expiración del contrato de arrendamiento, y envió a su esposa a casa de unos amigos. Posteriormente, invitó a su novia al departamento, donde ambos consumieron alcohol y mantuvieron relaciones. Según su confesión, una discusión surgió cuando la víctima exigió más bebida y él no pudo satisfacer su demanda. Durante la pelea, el hombre alegó haber golpeado a la mujer con una piedra en la cabeza, provocando su muerte.
Tras cubrir el cuerpo, el acusado abandonó el apartamento. Durante el interrogatorio, confesó el crimen y fue puesto a disposición de la Fiscalía, la cual ha remitido el caso a los tribunales para su juzgamiento.
Según los registros de la Policía de Dubai, la alerta sobre el incidente se produjo cuando inspectores de seguridad contra incendios, realizando revisiones rutinarias de extintores en un edificio residencial, detectaron un olor desagradable proveniente de uno de los apartamentos. Inicialmente, se pensó que el olor podría estar vinculado a alimentos en mal estado. Sin embargo, al acceder al inmueble, encontraron el cuerpo descompuesto de una mujer, cubierto con una tela negra, lo que llevó a la inmediata notificación a la sala de operaciones policiales.
Un equipo de la Unidad de Investigación de la Escena del Crimen, junto a agentes de patrulla y detectives del Departamento General de Investigación Criminal (CID), fue desplegado en el lugar. En solo 24 horas, los investigadores lograron identificar al sospechoso, quien residía en un piso compartido con su esposa y otros inquilinos, principalmente de países africanos.
Días antes del crimen, el acusado había informado a los inquilinos que deberían desalojar la propiedad debido a la expiración del contrato de arrendamiento, y envió a su esposa a casa de unos amigos. Posteriormente, invitó a su novia al departamento, donde ambos consumieron alcohol y mantuvieron relaciones. Según su confesión, una discusión surgió cuando la víctima exigió más bebida y él no pudo satisfacer su demanda. Durante la pelea, el hombre alegó haber golpeado a la mujer con una piedra en la cabeza, provocando su muerte.
Tras cubrir el cuerpo, el acusado abandonó el apartamento. Durante el interrogatorio, confesó el crimen y fue puesto a disposición de la Fiscalía, la cual ha remitido el caso a los tribunales para su juzgamiento.
