En el vuelo del pasado 6 de noviembre, entre las ciudades de Torreón y Ciudad de México, apareció una serpiente entre las filas 5 y 6. Una pasajera alertó al resto de los viajeros de la presencia del reptil en el avión.
La serpiente reptaba libremente en los maleteros situados encima de los asientos, donde se guarda el equipaje de mano. El piloto decidió aterrizar el avión lo antes posible. Se evacuó la parte trasera y se consiguió controlar al animal entre el espacio de la primera clase y la clase turista.
La copiloto del avión fue capaz de coger la serpiente y se pudo saber que no se trataba de un ejemplar venenoso. Medía menos de un metro y parecía tener simpatía por la chica.
"Estamos investigando, junto con las autoridades locales, la causa por la que la serpiente encontró su camino a bordo del avión, pues pudo haber sido de manera independiente o a través del equipaje de un pasajero", dijo la empresa a través de un comunicado.
