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martes. 26.08.2025

Viajar, en ciertos momentos de la vida, no es una fuga, sino un regreso: al cuerpo, al silencio, a esa paz que llevamos tiempo postergando. Desde Emiratos Árabes Unidos, donde el lujo suele vestirse de exceso y la rutina avanza a velocidad vertiginosa, hay un destino que propone otro ritmo, otro tono, otra verdad. Ese lugar es Phuket, la isla tailandesa donde el cuerpo se quita los zapatos, se sienta junto al mar y respira.

Situada a tan solo unas horas de vuelo desde Dubái, Abu Dabi o Sharjah, Phuket se ha consolidado como el refugio preferido de quienes anhelan desconectar sin renunciar a la belleza ni al confort. No hace falta cruzar el planeta ni reorganizar la vida para regalarse una experiencia transformadora. Basta con despegar una mañana y dejarse envolver, horas después, por la calidez de un clima amable, una cultura serena y una hospitalidad que no presume, sino que abraza.

En este rincón del sudeste asiático, el lujo adopta una forma distinta: más humana, más consciente. Aquí no hay ostentación ni vértigo. No hay listas de «imprescindibles», ni presión por documentarlo todo. En Phuket, la experiencia se mide en sensaciones: la brisa del mar acariciando la arena, el aroma del jengibre en una infusión tras un masaje tailandés, la mirada serena de quien comparte contigo una cena frente al mar. El reloj se apaga. El tiempo se expande.

Phi Phi Islands
Phi Phi Islands

Entre todos los enclaves que ofrece la isla, Mai Khao es una joya aún resguardada del bullicio. Su playa virgen, una de las más largas y tranquilas del norte de Phuket, invita a caminar sin prisa, a escuchar los sonidos de la naturaleza sin interferencias, a redescubrir el placer de no hacer nada. Es, en sí misma, una declaración de intenciones: aquí no se viene a correr, sino a quedarse, en medio de la jungla o al pie del mar, en hospedajes únicos como Meliá Phuket Mai Khao.

Este resort redefine el concepto de desconexión, ofreciendo una experiencia sensorial y emocional que comienza desde el primer instante. Su ubicación permite que la transición entre el estrés y el bienestar sea casi inmediata, ya que se encuentra a tan solo 15 minutos del aeropuerto internacional. No hay necesidad de adaptarse: todo está dispuesto para que el cuerpo baje la guardia y la mente suelte el control.

Recepción de Meliá Phuket Mai Khao, Tailandia
Recepción de Meliá Phuket Mai Khao, Tailandia

Meliá Phuket Mai Khao cuenta con villas con piscina privada y suites con bañeras exteriores, diseñadas para honrar la intimidad. Cada detalle, desde las camas balinesas en las terrazas hasta la vegetación que rodea los espacios, está pensado para favorecer el descanso profundo y la reconexión interior. Pero si hay una propuesta que eleva la estancia a un nivel casi ritual, son las Wellness Villas: alojamientos donde los masajes diarios, los espacios de meditación y la atmósfera depurada convierten el día a día en una ceremonia de autocuidado

Habitaciones en Meliá Phuket Mai Khao, Tailandia
Habitaciones en Meliá Phuket Mai Khao, Tailandia

Dado que los masajes tailandeses son los más reconocidos del mundo, el hotel alberga su propio templo de bienestar: YHI Spa. Funciona como un santuario donde se aplican técnicas tradicionales del país, fusionadas con tratamientos personalizados que atienden cuerpo, mente y espíritu. Hay aromaterapia, sesiones de sanación holística, rituales de limpieza energética... pero, sobre todo, hay presencia. Atención plena. Respeto por el tiempo del huésped. Para quienes necesitan movimiento, el gimnasio de última generación, las clases de yoga al amanecer y la piscina rodeada de jardines tropicales completan una propuesta equilibrada.

YHI Spa, Meliá Phuket Mai Khao, Tailandia
YHI Spa, Meliá Phuket Mai Khao, Tailandia

Toda la isla parte desde la comodidad de Mai Khao

Más allá del hotel, Phuket invita a explorar sin prisas. Se puede navegar hasta las islas Phi Phi o James Bond Island, sumergirse en las aguas del mar de Andamán, visitar templos budistas, perderse en mercados locales o participar en experiencias éticas como los santuarios de elefantes. La isla ofrece naturaleza, cultura, gastronomía y espiritualidad en igual medida, y siempre desde una perspectiva que privilegia el respeto, la armonía y la conexión. Desde el hotel se pueden gestionar todas estas actividades sin necesidad de planearlo todo por adelantado.

Para las parejas, Meliá Phuket Mai Khao es un refugio ideal. Las cenas privadas a la luz de las velas, los paseos al atardecer por la playa, los rituales de spa para dos, los silencios compartidos sin pantallas de por medio. Cada momento suma a una narrativa íntima y profunda, que recuerda que el amor no necesita más que una copa de vino y un atardecer inolvidable.

Y entonces llega la pregunta inevitable: ¿por qué Phuket y no otro destino? Porque es accesible, seguro, auténtico y profundamente transformador. Porque su hospitalidad no se imposta, sino que nace de una cultura que honra al otro desde el saludo. Porque sus precios son equilibrados, dando más de lo que se paga. Y porque, especialmente para quienes viven en los Emiratos, el contraste emocional y cultural se convierte en medicina.

En una región donde todo se mueve rápido, donde la imagen muchas veces importa más que la experiencia, Phuket propone una pausa real. Una pausa que no se mide en likes, sino en latidos. Que no busca impresionar, sino sanar. Que no se vive desde el afuera, sino desde lo más profundo de uno mismo. Ya sea para una escapada corta o unas vacaciones largas, Meliá Phuket Mai Khao ofrece todas las facilidades para presentarnos la mejor versión de Phuket.

Vista panorámica de Meliá Phuket Mai Khao, Tailandia
Vista panorámica de Meliá Phuket Mai Khao, Tailandia










 

Si vamos a dejarlo todo, que sea en Mai Khao, Tailandia