Desde el principio hemos hablado en esta sección de las muchísimas ventajas del previsor frente al improvisador en el ámbito de la planificación financiera. El mejor ejemplo y objetivo último de una buena planificación es tener una jubilación que nos permita vivir decentemente la vida que queremos. También es el más complicado ya que requiere tomar conciencia a una edad temprana.
Especialmente en el caso de los expatriados es importante tratar este asunto a tiempo. ¿Quiero dejar de trabajar con el nivel de pensión que yo deseo o me jubilaré con la pensión que me toque? ¿Tengo un plan B por si mi estrategia de ahorro no sale bien? Tanto si el expatriado cotiza en parte en su país a una pensión como si, en la mayoría de los casos, no cotiza en absoluto, la realidad es que a menos que se complemente con un plan adecuado la pensión será insuficiente o, y no sería el primer caso, inexistente.
Las alternativas son muchas y por fortuna adaptadas a todo tipo de perfiles de riesgo, flexibilidad e ingresos, pero un adecuado asesoramiento puede marcar la diferencia a la hora de abordar este tema.
Entre las distintas opciones se encuentran los planes de pensión o los planes de jubilación. En muchas jurisdicciones no son lo mismo y se diferencian principalmente en la flexibilidad que ofrecen y en el distinto tratamiento fiscal que reciben. Los planes de pensión normalmente son adhesiones a un fondo gestionado por un banco o gestoría especializada mientras que los de jubilación son ofrecidos y gestionados por aseguradoras.
Como expatriados el ahorrador tiene también acceso a planes que serían una mezcla de los anteriores, con las garantías y flexibilidad de un producto de aseguradora y el acceso a renta fija, variable o mixta de un plan de pensiones. Además estos planes son homogéneos a nivel mundial y por tanto transportables al país de destino en caso de que el expatriado decida cambiar de país de residencia.
Sea cual sea la opción escogida, si el expatriado no cotiza o cotiza parcialmente a la seguridad social en su país (o incluso aunque cotice totalmente) la cruda realidad es que cada mes o año que se retrasa la decisión implica una mayor aportación que se tendrá que hacer para llegar a la jubilación que se desea.
Estaré encantado de atender dudas sobre este o cualquier otro tema de los que hemos tratado en esta sección de EL CORREO DEL GOLFO tanto si tu plan es seguir expatriado como si es regresar a tu país de origen.
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