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miércoles. 01.10.2025

Previsión, previsión y previsión. ¿Puede haber una herramienta mas útil para llegar a nuestras metas? Probablemente no. Fue Benjamín Franklin el que dijo que el camino hacia la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro.

A lo largo de mi carrera como asesor financiero he podido comprobar de primera mano como esta máxima se cumple al pie de la letra. Si lo pensamos fríamente, nuestras decisiones de previsión no siempre han sido tomadas por nosotros mismos. Especialmente a la hora de contribuir con parte de nuestro salario a un plan de ahorro futuro, suele ser el Estado el que nos “aconseja” ahorrar quitando parte de nuestra nómina para que el día que dejemos de trabajar tengamos una pensión con la que vivir cuando a nuestro cajero automático personal no le lleguen más ingresos.

Ángel Lemos.

Como expatriados no tenemos más remedio que afrontar la realidad incomoda de tener totalmente en nuestras manos la responsabilidad de ahorrar. Lo he visto repetidas veces con mis clientes a la hora de hablar de planes de ahorro para la jubilación, para la educación de los niños o para la entrada de la próxima vivienda: “Ahora tengo muchos gastos”, “tengo que pensarlo un poco más” o “reunámonos dentro de tres meses”. Si estamos de acuerdo en que hay varias necesidades económicas que vamos a tener que afrontar en un futuro (pensión, universidades, vivienda) y que no poder llegar a cubrirlas o hacerlo de manera insuficiente puede ser un problema, estaremos de acuerdo en que si esos tres meses se convierten en un año y ese año en varios años que dejamos pasar, la necesidad no desaparece por retrasar el momento de empezar, solo hace que el problema sea mayor.

El ahorro muchas veces se confunde con juntar dinero en el banco. Si ese dinero se tiene ahí para una emergencia está bien. Si se tiene para llegar a metas como las anteriormente mencionadas hacen falta dos cosas que el banco no nos da: disciplina y retorno en la inversión.

Sin disciplina, y que conste que hay muchas clases de ahorradores, algunos verdaderamente disciplinados, es probable que dejemos de contribuir para esas metas en algún momento de nuestras vidas. ¿Se imaginan si se permitiera en las países con Seguridad Social dejar de contribuir con parte de nuestra nómina a nuestro antojo cuánta gente más llegaría con una pensión insuficiente a su edad de jubilación?

Sin retorno en la inversión, o en otras palabras, sin que nuestro dinero genere interés, estamos desaprovechando el mejor arma: el tiempo. Gracias al interés compuesto el crecimiento de nuestra inversión hace que tengamos que ahorrar mucho menos que si simplemente estuviéramos guardando dinero debajo del colchón para llegar a un objetivo. Y más importante aún, estaríamos por lo menos compensando la inflación manteniendo nuestro poder adquisitivo en comparación con el incremento en el coste de la vida. Dicho de otro modo, sin retorno en nuestro dinero cada año éste valdrá menos.

Un plan de ahorro permite tener disciplina y rendimiento, además de adaptarse a nuestras necesidades específicas (hijos, situaciones de desempleo temporal, cambio de país…). Hay un plan específico para cada perfil. La pregunta es: ¿Has empezado ya?

Para cualquier consulta concreta o asesoramiento directo puede dirigirse a Ángel Lemos, experto financiero, MBA por el Instituto de Empresa y consultor y asesor para expatriados que atesora larga experiencia y excelentes resultados en Emiratos Árabes Unidos. Correo electrónico de contacto: angel.lemos@lime-financial.com; teléfono: +971 55 2424 590; web: www.lime-financial.com.

Planes de ahorro en Emiratos Árabes: ¿Has empezado ya?